7/5/11

las dobles versiones, ¡en nuestros días!

_Hace décadas eran habituales las dobles versiones, y así, por ejemplo en España se rodaban escenas eróticas para la exportación que sólo se veían en el extranjero, mientras aquí se estrenaba una versión edulcorada, una versión censurada, tenida por decente con toda la hipocresía del mundo.
_Después, con el inicio de la democracia y el boom de la carne en el cine mundial, tanto en el cine convencional, como en el erótico y en el cine sexual, se creó el cajón de sastre de la categoría "S", con la que se estrenaban tanto películas eróticas como sexuales a las que podaban las partes...  explícitas.
_En las últimas décadas el estreno de dobles versiones no ha sido algo muy común, aunque ya se sabe que en Europa por lo general se han visto escenas más eróticas, y también sexuales, que en EE.UU. paradójica tierra promiscua y mojigata, quizá a partes iguales, como las dos caras de una misma moneda. Quizá eso explique, un poco, además de la oportunidad de negocio, las dobles versiones de "Pirates" (2005) y "Pirates 2" (2008), ambas dirigidas por Joone, dos películas de holgado presupuesto que más allá del evidente sex remake de la saga "Piratas del Caribe" y las parodias al uso, constituye un hito en el género por la envergadura de su producción, efectos especiales, diálogos, ambientación, música...
_Sin embargo, la decisión de comercializar una versión íntegra, de más de dos horas y otra de hora y media en ambos filmes es bastante discutible, pues parece remitirnos a los 70, y ya estamos en siglo XXI. Si una película es erótica y quiere sugerir más que mostrar, ¡perfecto!; si una película es sexual y quiere además mostrar, ¡perfecto!; si una película necesita, aunque no sea propiamente erótica ni sexual del todo, mostrar lo sexual, ¡perfecto!, pero al final hay que tomar una decisión, o se muestra o no se muestra, no pueden ser las dos cosas. Las dos cosas están bien, pero hay que decantarse. Comercializar una versión sexual y una no-sexual es desvirtuar las dos versiones, pues o consideramos las escenas sexuales añadidos (de media hora sobre la versión sin escenas sexuales) o consideramos la versión sin escenas de sexo una película censurada, mutilada. Y conviene insistir en que si una película de algo más de 2 horas dedica unos 30 minutos a las escenas sexuales, tampoco hablamos de unos segundos...
_Así que me quedo pensando en lo de siempre, en que la violencia en el cine sigue perfectamente asimilada, incluso glorificada, mientras algo en principio más necesario, natural y noble como la sexualidad sigue más o menos velado, arrinconado e incluso vetado. Es curioso, pues el sexo es bastante más necesario a la supervivencia de la especie que, por ejemplo, las guerras, que sólo parecen necesarias para ciertas economías liberales, más bien libertinas, o mejor aún perversas... pero también es curioso que la palabra "perversidad" se aplique más a menudo a la sexualidad que a la violencia, cuando una sexualidad en la que no haya violencia no puede ser perversa.
~